El Boom latinoamericano fue un fenómeno literario (no movimiento literario o generación de autores) que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos relativamente joven fue ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo. El boom está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez de Colombia, Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa de Perú. Por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos escritores desafiaron las convenciones establecidas de la literatura latinoamericana. Su trabajo es experimental y, debido al clima político de la América Latina de la década de 1960, también muy política. El crítico Gerald Martin escribe: "No es una exageración para afirmar que si el continente del Sur fue conocido por dos cosas por encima de todos los demás en la década de 1960, éstas fueron, en primer lugar, la Revolución Cubana y su impacto tanto en América Latina y el Tercer Mundo en general, y en segundo lugar, el auge de la literatura latinoamericana, cuyo ascenso y caída coincidió con el auge y caída de las percepciones Liberales de Cuba entre 1959 y 1971".
El éxito repentino de los autores del Boom fue en gran parte debido al hecho de que sus obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa, por las editoriales de Barcelona, en España.[2] De hecho, Frederick M. Nunn escribe que: "novelistas latinoamericanos se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y las audiencias más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces a través del exilio".[3]
Las influencias literarias
El auge de la literatura latinoamericana comenzó con los escritos de José Martí, Rubén Darío y las salidas modernista José Asunción Silva en el canon literario europeo. En Europa escritores modernistas como James Joyce también han influido en los escritores del Boom, al igual que los escritores latinoamericanos del movimiento Vanguardia.[14] Elizabeth Coonrod Martínez sostiene que los escritores de la Vanguardia fueron los precursores de la verdad a la pluma, la escritura novelas innovador y desafiante antes de Borges y otros de la idea convencional de que las principales inspiraciones de América Latina para el movimiento de mediados del siglo XX.[15]
Con el éxito de la pluma, el trabajo de una generación anterior de escritores tuvo un acceso a un público nuevo y ampliado. Estos precursores son: Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo.
Orígenes
Aunque la mayoría de los críticos coinciden en que el Boom comenzó en algún momento del 1960, hay cierto desacuerdo en cuanto a cual obra debe ser considerada la primera novela del Boom. Para algunos (como Alfred McAdam) sería Rayuela, de Julio Cortázar(1963), mientras que otros prefieren La ciudad y los perros de Vargas Llosa, que ganó el Premio Biblioteca Breve en 1962.[17] Fernando Alegría considera Hijo de hombre de Augusto Roa Bastos (que fue publicada en 1959) como la obra inaugural del Boom, aunque, como señala Shaw[17] se podría aún remontarse a 1949 con Hombres de maíz de Miguel Ángel Asturias.[18]
Otra variante es la articulada por Randolph D. Pope: "La historia del auge podría empezar cronológicamente con El señor Presidente de Miguel Ángel Asturias (publicada en 1946, pero empezada en 1922). Otro punto de partida podría ser El túnel de Sabato (1948) o El pozo de Onetti (1939). O yendo aún más atrás, a los movimientos vanguardistas de la década de 1920. Sin embargo, los escritores del Boom se declararon huérfanos y sin ningún modelo autóctono, atrapados entre su admiración por Proust, Joyce, Mann, Sartre y otros escritores europeos y su necesidad de tener una voz propia hispanoamericana, aunque rechazando a los más respetados escritores de Hispanoamérica indigenistas, criollistas, y mundonovistas."[12]
Los representantes más importantes del Boom afirmaron que eran "huérfanos" de generación literaria, sin ningún "padre" latinoamericano de influencia, sin embargo, reconocieron que debían gran parte de su innovación estilística a los vanguardistas.[19] Jean Franco señala como una característica marcada del Boom "la negativa a identificarse con narraciones rurales o anacrónicas, como la novela de la tierra.
cuanta informacion literaria...¡¡
ResponderEliminarno hace mas que constatar lo que ya sabia...que aunke leo todo lo que puedo...soy una inculta en estas materias...
un placer leerte y aprender contigo...
saludos...¡¡¡¡