domingo, 12 de junio de 2011

Boom latinoamericano

El Boom latinoamericano fue un fenómeno literario (no movimiento literario o generación de autores) que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos relativamente joven fue ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo. El boom está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez de Colombia, Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa de Perú. Por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos escritores desafiaron las convenciones establecidas de la literatura latinoamericana. Su trabajo es experimental y, debido al clima político de la América Latina de la década de 1960, también muy política. El crítico Gerald Martin escribe: "No es una exageración para afirmar que si el continente del Sur fue conocido por dos cosas por encima de todos los demás en la década de 1960, éstas fueron, en primer lugar, la Revolución Cubana y su impacto tanto en América Latina y el Tercer Mundo en general, y en segundo lugar, el auge de la literatura latinoamericana, cuyo ascenso y caída coincidió con el auge y caída de las percepciones Liberales de Cuba entre 1959 y 1971".
El éxito repentino de los autores del Boom fue en gran parte debido al hecho de que sus obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa, por las editoriales de Barcelona, en España.[2] De hecho, Frederick M. Nunn escribe que: "novelistas latinoamericanos se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y las audiencias más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces a través del exilio".[3]
Las influencias literarias
El auge de la literatura latinoamericana comenzó con los escritos de José Martí, Rubén Darío y las salidas modernista José Asunción Silva en el canon literario europeo. En Europa escritores modernistas como James Joyce también han influido en los escritores del Boom, al igual que los escritores latinoamericanos del movimiento Vanguardia.[14] Elizabeth Coonrod Martínez sostiene que los escritores de la Vanguardia fueron los precursores de la verdad a la pluma, la escritura novelas innovador y desafiante antes de Borges y otros de la idea convencional de que las principales inspiraciones de América Latina para el movimiento de mediados del siglo XX.[15]
Con el éxito de la pluma, el trabajo de una generación anterior de escritores tuvo un acceso a un público nuevo y ampliado. Estos precursores son: Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo.
Orígenes
Aunque la mayoría de los críticos coinciden en que el Boom comenzó en algún momento del 1960, hay cierto desacuerdo en cuanto a cual obra debe ser considerada la primera novela del Boom. Para algunos (como Alfred McAdam) sería Rayuela, de Julio Cortázar(1963), mientras que otros prefieren La ciudad y los perros de Vargas Llosa, que ganó el Premio Biblioteca Breve en 1962.[17] Fernando Alegría considera Hijo de hombre de Augusto Roa Bastos (que fue publicada en 1959) como la obra inaugural del Boom, aunque, como señala Shaw[17] se podría aún remontarse a 1949 con Hombres de maíz de Miguel Ángel Asturias.[18]
Otra variante es la articulada por Randolph D. Pope: "La historia del auge podría empezar cronológicamente con El señor Presidente de Miguel Ángel Asturias (publicada en 1946, pero empezada en 1922). Otro punto de partida podría ser El túnel de Sabato (1948) o El pozo de Onetti (1939). O yendo aún más atrás, a los movimientos vanguardistas de la década de 1920. Sin embargo, los escritores del Boom se declararon huérfanos y sin ningún modelo autóctono, atrapados entre su admiración por Proust, Joyce, Mann, Sartre y otros escritores europeos y su necesidad de tener una voz propia hispanoamericana, aunque rechazando a los más respetados escritores de Hispanoamérica indigenistas, criollistas, y mundonovistas."[12]
Los representantes más importantes del Boom afirmaron que eran "huérfanos" de generación literaria, sin ningún "padre" latinoamericano de influencia, sin embargo, reconocieron que debían gran parte de su innovación estilística a los vanguardistas.[19] Jean Franco señala como una característica marcada del Boom "la negativa a identificarse con narraciones rurales o anacrónicas, como la novela de la tierra.

miércoles, 8 de junio de 2011

MARTÍN LUIS GUZMÁN FRANCO


Martín Luis Guzmán Franco (1887-1976) fue un periodista, intelectual, diplomático y literato mexicano al que se le considera, junto a Mariano Azuela, pionero de la novela revolucionaria, un género inspirado en las experiencias de la Revolución mexicana de 1910, la cual observó siguiendo a las tropas del general Francisco Villa.
Novelista, periodista, y ensayista. Nació en Chihuahua el 6 de octubre de 1887 y murió en la Ciudad de México el 22 de diciembre de 1976. Su infancia transcurrió tanto en la Ciudad de México como en el puerto de Veracruz (1890-1901); antes de cumplir los 14 años, fundó, junto con su compañero Feliciano Peña, el periódico quincenal Juventud. A los 17 años ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en la Ciudad de México. Inició la carrera de Leyes en la Escuela Nacional de Jurisprudencia en el año de 1909, pero interrumpió sus estudios para ocupar la cancillería del Consulado de México en Phoenix, Arizona. En compañía de Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Antonio Caso, Julio Torri, Pedro Henríquez Ureña y otros escritores formó parte del Ateneo de la Juventud e impartió conferencias en la Universidad Popular Mexicana. Entre 1908 y 1913 fue parte de la redacción de El Imparcial. De regreso a México se desempeñó como bibliotecario y en el gobierno de Francisco I. Madero fue director de la Biblioteca Nacional. Fundó El Honor Nacional, órgano periodístico antihuertista. Más tarde, se incorporó al Estado Mayor de Venustiano Carranza y posteriormente a las órdenes de Francisco Villa, figura relevante de su vida y su obra, a quien representó en la Ciudad de México durante la entrada de las fuerzas constitucionalistas, en agosto de 1914. Fue secretario de la Universidad, director de la Biblioteca Nacional y coronel del ejército. Se exilió en España y publicó su primer libro: La querella de México.
Durante su estancia en España al lado de Alfonso Reyes Ochoa inició la crítica cinematográfica bajo el seudónimo Fósforo y fue director del diario El Sol. En 1916 viajó a Nueva York, en donde fue docente en la Universidad de Minnesota. Impartió clases de español y literatura española. Al mismo tiempo dirigió el periódico El Gráfico, de Nueva York. A su regreso en 1920, a la Ciudad de México fungió como jefe de la sección editorial de El Heraldo de México sección fundada por Salvador Alvarado. Publicó también A orillas del Hudson (1920), y fundó y dirigió otros diarios, como El Mundo y el Diario de la Tarde.

MARIANO AZUELA GONZÁLEZ


Mariano Azuela González (n. Lagos de Moreno, Jalisco el 1 de enero de 1873 - m. Ciudad de México, 1 de marzo de 1952) fue un Médico de profesión que destacó como crítico literario y escritor mexicano.
Obtuvo notoriedad por sus narraciones ambientadas en la época de la Revolución mexicana de 1910. Hizo estudios de médico cirujano en Guadalajara. Se inició en la escritura en los tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz. A lo largo de su carrera literaria incursionó en el teatro, el cuento y el ensayo crítico además de la novela, género donde obtuvo mayor reconocimiento.
Su primera novela fue María Luisa (1907). Después publicaría Andrés Pérez, maderista (1911). Fue designado jefe político de Lagos de Moreno y posteriormente director de Educación en Jalisco. Tras la caída de Madero, Azuela se incorporó a las fuerzas revolucionarias de Julián Medina como médico militar. Cuando las fuerzas carrancistas vencieron a Villa y Zapata, Mariano Azuela se exilió a El Paso, Texas, fue entonces cuando escribió Los de abajo, novela revolucionaria que le dio popularidad, publicada en fascículos en 1915 en el periódico El Paso del Norte y en forma de libro en 1916 cuando regresó a México; sin embargo, el éxito literario de esta obra fue hasta 1925, cuando fue publicada a modo de folletín en el periódico El Universal Ilustrado.
Fue uno de los miembros fundadores del Seminario de Cultura Mexicana. En 1942, la Sociedad Arte y Letras de México le otorgó el Premio de Literatura. El 8 de abril de 1943, ingresó como miembro fundador a El Colegio Nacional. En 1949 recibió el Premio Nacional de Lingüística y Literatura. Falleció en la Ciudad de México el 1 de marzo de 1952 y fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres.


martes, 7 de junio de 2011

Novela revolucionaria

La Novela revolucionaria es una corriente literaria mexicana cuyas novelas fueron escritas por autores que estuvieron presentes en la Revolución mexicana. Sus autores más importantes son Francisco L. Urquizo, Martín Luis Guzmán y Mariano Azuela.



Los de abajo es una novela del escritor mexicano Mariano Azuela publicada en 1916, cuyo argumento se desarrolla en el contexto de la Revolución mexicana.

Argumento

La situación inicial de Demetrio Macías es la de un campesino que vive en las cercanías de Juchipila, un pueblo localizado en el sur del estado de Zacatecas, involucrado en la revolución no por sus ideales, sino por el conflicto que tuvo con un cacique. Este último utilizó federales para atacar a Demetrio con el supuesto de que se iba a levantar, lo que provocó dicha acción en lugar de detenerla, y lo obligó a refugiarse con sus amigos, quienes no se dejaron dominar y contraatacaron a la amenaza que les imponían: derrotando al ejército federal, comenzando su lucha contra las amenazas que tal situación les traía, acumulando seguidores y nunca estableciendo un objetivo o analizando la verdadera razón de lo que hacían; todas acciones que dan comienzo al conflicto y desarrollo de la novela debido a que se ha expuesto la situación que trae a los personajes a involucrarse en el movimiento armado, ahora ya se tiene sentada la base para desarrollar los sucesos posteriores. A continuación entra en escena Luis Cervantes, un hombre educado de clase media que desertó al ejército federal, con la intención de unirse a Demetrio por tener supuestamente "sus mismos ideales", pero en el momento que lo conoció y dijo dicha cosa se quedo sorprendido debido a que los supuestos revolucionarios tenían poca idea del porque de su lucha.
Permanecieron en espera del próximo movimiento de los federales, tiempo de pausa durante el cual se introduce una metadiégesis que viene a completar la historia, pero no en sí la temática del libro, hablándonos esta de como una mujer llamada Camila se comenzó a enamorar de Luis Cervantes, pero el último no la aceptaba y le decía que se fuera con Demetrio. A continuación, los "revolucionarios" atacan a varios federales de un pueblo cercano después de ser mal informados de la cantidad de ellos, pero a pesar de ello logran la victoria aún estando en desventaja, llegando más tarde a Fresnillo, Zacatecas; lugar donde se unen con el Gral. Natera con el fin de tomar Zacatecas, uno de los últimos lugares ocupados por el ejército federal de Huerta en 1914. Logran su misión en una batalla notable; Alberto Solís le cuenta los sucesos a Cervantes. Ya que ha pasado la batalla entra el Güero Margarito a la historia, y regresan al pueblo de Moyahua, donde en su propia forma Demetrio por ya sentirse poderoso y liberado desea vengarse del que comenzó todo el conflicto de la historia, el cacique local, por lo que le quema su casa y huye a Tepatitlán, Jalisco. Esta nos narra el conflicto entre la Pintada, una mujer que se ha encontrado apegada a Demetrio durante un tiempo, y los combatientes con el efecto de la separación de esta del grupo. Los hombres de Demetrio ahora parten hacia San Juan de los Lagos, Jalisco, volviendo a encontrarse con Natera. Este les trae noticias que vienen a dificultar su situación, ya que acababa de establecerse la rivalidad entre Villa y Carranza en la Convención de Aguascalientes realiza en octubre y noviembre de 1914, dejando incierto lo que harán en ese momento debido a que antes se encontraban involucrados en la lucha contra federales y se dan cuenta de que deben de tomar una decisión. En este momento la historia se detiene un poco, ya que Luis Cervantes parte hacia Estado Unidos después de percatarse que lo de Revolución era algo casi interminable de lo que debía separarse.
Él nos cuenta, a través de una carta a Venancio, su situación actual como estudiante y nuevo empresario que hace ver a los combatientes como él aprovecha la oportunidad de obtener provecho a diferencia de ellos. Pero con esto no se detienen las asombrosas noticias para ellos, el hombre que parecía haber apoyado era Villa, y su ejército acababa de perder ante Carranza en la batalla de Celaya acontecida en abril de 1915, las dificultades seguían acumulándose para dar forma a la situación final.
Ahora tenían todos que regresar al lugar donde comenzó todo, las cercanías de Juchipila, en una condición aún más pobre y miserable de la que tenían antes, vistos todos ya en la obligación de continuar la lucha a pesar de no tener un objetivo preciso, pero la mala suerte esta a punto de terminar de la peor forma posible. El pueblo es atacado por las fuerzas carrancistas que buscan acabar con los últimos reductos de los grupos de Villa, y tal vez el adoptar dicha actitud haya sido el peor error que Demetrio pudo haber cometido porque fue la razón de la muerte de su grupo. Una novela que nos muestra el cambio de las mentalidades colectivas a través de los cambios en los contextos sociales.


domingo, 5 de junio de 2011

Fraces no tan celebres

Es mejor morir de pie que vivir de rodillas.
Emiliano Zapata

El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace inspirar a más, nos enciende el corazon y nos trae paz ala mente.
Diario de una pasión

Vive como si vivieras por segunda vez y piensa como si hubieras actuado erróneamente la primera vez.

Viktor E. Frankl

Liminalidad

Proviene del latín “limen” (umbral) se trata de mezclar artes con la literatura o géneros literarios para ser mas concretos consiste en romper las fronteras entre las artes y enfocando a la literatura se podría decir que tiene su origen al expresarse con artes visuales (es mejor querer hacer de las palabras acciones, acciones que vemos y entendemos). En este caso existen las mas antiquísimas muestras, las cuales vienen  desde antes de que se hablara de liminalidad tal como se le conoce actualment

Por ejemplo: 

Caperucita roja

Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
    Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.
    Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...
    De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
- ¿A dónde vas, niña?- le preguntó el lobo con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita- le dijo Caperucita.
- No está lejos- pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
    Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles.
    Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.
    El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta.
    La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.
    Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
    El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
    Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó.     
    En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.

La pelicula creada este año "La chica de la capa roja" se basa en el cuento anterior "Caparucita roja"


sábado, 4 de junio de 2011

Haiku mexicanos

"Cisnes"
No se han disuelto en el agua
algunos copos de nieve
que cayeron en el alba.


"Orquideas"
Allá, en la selva vecina,
un millión de mariposas
quedaron semidormidas.

El origen del grito

"El renaciminto en nuestros dias"

poema de Nezahualcóyotl.

Estoy Triste
Estoy triste, me aflijo,
Yo, el señor Nezahualcóyotl.
Con flores y con cantos
Recuerdas a los príncipes,
A los que se fueron,
A Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin.

En verdad viven,
Allá en donde de algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantes de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!
Así, echando de menos tus cantos,
Me he venido a afligir,
Sólo he venido a quedar triste,
Yo a mí mismo me desgarro.

He venido a estar triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya no,
En la región donde de algún modo se existe,
Nos dejaste sin provisión en la tierra,
Por esto, a mí mismo me desgarro.